miércoles, 26 de diciembre de 2018

120 años de la inauguración de la estación de Vacarisses


El pasado 5 de noviembre la estación de Vacarisses, hoy apeadero, cumplió 120 años de su inauguración oficial. Una curiosa historia de un pequeño pueblo que se empeñó desde el primer día que paso el ferrocarril por sus tierras, luchar por conseguir que el tren parase en su término municipal.



La construcción de la línea entre Terrassa y Manresa

A mediados del siglo XIX, Vacarisses tuvo la suerte que por sus tierras  pasara uno de los mayores inventos de la revolución industrial: el  ferrocarril. Hacia menos de 10 años que se había inaugurado la primera línea de ferrocarril en la península, entre las ciudades de Barcelona i Mataró, gracias al empuje de Miquel Biada.

La construcción de una nueva línea entre Barcelona y Zaragoza fue la de mayor envergadura hasta el momento en todo el estado, patrocinada básicamente por capital catalán, con los hermanos Girona i otras empresas ligadas a la Sociedad Catalana General del Crédito.

El 23 de junio de 1853 la Reina Isabel II firmaba la Real Orden de concesión a la sociedad Girona Hermanos, Clavé y Cia. Pero la concesión definitiva seria, con la Ley de 6 de julio de 1855, para la ya creada Compañía de Ferro-carril Zaragoza a Barcelona.
Mucho antes de esta fecha ya habían empezado las obras entre Montcada i Sabadell. La inauguración de la estación de Sabadell, con la llegada del primer tren, fue el 15 de febrero de 1855 i casi un año después, el 16 de marzo de 1856, llegaba a la ciudad de Terrassa que en ese momento contaba ya con 6 mil habitantes.

El tramo entre Terrassa y Manresa presentaba mayor dificultad debido a la orografía del terreno y a la cantidad de obras de fábrica (puentes, túneles,…) que se tenían que llevar a cabo. Eso hizo que el director de la obra, el ingeniero Pere de Andrés i Puigdoller, decidiera repartir los 32,3 kilómetros hasta Manresa en cuatro tramos, cada uno de ellos revisados por un ingeniero ayudante diferente.


Viaducto del Boixadell. Fotografia de Arnau Lizard i Llonch, en junio de 1918. Fuente del archivo Fotográfico del Centre Excursionista de Catalunya (AFCEC)

En el primer tramo, entre Terrassa i la Masia de Can Marcetó de Viladecavalls, con 9.400 metros, el ayudante fue el Sr. Lluís Massès. El segundo, entre la Masia de Marcetó i la Riera de Sanana, con 6.700 metros con el Sr. Vicenç Arroyo. En este tramo de unos 5,5 kilómetros formaban parte del término municipal de Vacarisses y es donde van acumularse las obras más importantes como el puente del Boixadell con 291,8 metros de largo y 18 arcadas de medio punto, el Túnel Mina larga de Torrella con 608 metros de largo, tres túneles más de menor longitud: el de la “Mina dels Morts”, el Mimó i la Torre. A parte de la construcción de los puentes de la Riera de la Torre, del Mimó i de la Riera de Sanana.


Boca del túnel de la Mina larga de Torrella cuando lo estaban ampliando para la instalación de la doble via. Fotografia de autor desconocido. Archivo del autor.

Debido a la concentración de todas estas obras de gran envergadura dentro del término de Vacarisses y para poder subministrar el material necesario para su construcción, se abrió la cantera del Mimó y una calera, muy cerca del viaducto del Boixadell. También se construyó una bóbila situada en la zona conocida como “el clot de Torrella” (muy cerca de donde hoy está el apeadero de Vacarisses-Torreblanca) y por último una herrería instalada en unos edificios anexos de la Masia de la Orpina.

El tercer tramo pasaba por todo el término municipal de Castellbell i el Vilar y Sant vicenç de Castellet con 9200 metros y la obra fue supervisada por el ayudante Gustavo de Gispert. Y por último, el cuarto tramo que llegaba a Manresa de 7.000 metros lo llevó a cabo el ayudante Sr. Josep Muntinyó.

Las obras de todos estos cuatro tramos empezaron a la vez por diferentes puntos para poder acabar la obra en los plazos marcados. Para la construcción de este tramo se necesitó mucha mano de obra: en el 1856 la compañía ya tenía contratados 3.000 trabajadores y todavía se quejaba que necesitaba más. En mayo de 1858 la compañía tenía contratados 5.785 hombres y 319 carros.

Todo este movimiento de gento fue un fenómeno social muy importante para los pueblos por donde pasaba la línea. Las masías de alrededor no eran suficientes para alojar tanta gente y en ellas iban principalmente directivos y ingenieros de la compañía. Todos los otros trabajadores, muchos con sus familias, se instalaron en sitios como la barracas de piedra seca que había por los campos, pero la mayoría se estaban en diferentes campamentos que la misma compañía había habilitado. Uno de estos campamentos se instaló cerca del pueblo de Vacarisses y la gente le puso el nombre de “kábila”. La mayoría de estos trabajadores antes habían sido campesinos y en su nueva actividad laboral fueron sometidos a unas condiciones de trabajo muy duras, en algún momento rozando la esclavitud.

La construcción del tramo entre Terrassa y Manresa, con su difícil trazado, puso a prueba la incipiente ingeniería ferroviaria de la época, pues todavía no hacia ni diez años que se había puesto en funcionamiento el primer ferrocarril en la España peninsular. En aquel momento presentaba más dificultades técnicas la perforación de un túnel que la construcción de un puente. Es por este motivo, durante la construcción de las primeras líneas ferroviarias abundaban más los viaductos y los puentes que no lo túneles y sobre todo si estos tenían que ser de longitud considerable.

La compañía del ferrocarril Barcelona-Zaragoza, a su paso por Vacarisses quiso ahorrarse, en sus primeros estudios del trazado, la construcción del túnel de “Torrella”, por la complejidad de la obra, pero acabo chocando con los intereses de los terratenientes de la época, como el propietario de la tierras de la Torre (masía de Torreblanca), ya que se estaba viviendo un buen momento en el cultivo de la viña y movió sus contactos para conseguir que el trazado no pasara por sus tierras. Seguramente si no llega a ser por esta decisión, el ferrocarril hubiera paso más cerca del pueblo de Vacarisses i la compañía se intereses de los terratenientes de la época, como el propietario de la tierras de la Torre (masía de Torreblanca), ya que se estaba viviendo un buen momento en el cultivo de la viña y movió sus contactos para conseguir que el trazado no pasara por sus tierras. Seguramente si no llega a ser por esta decisión, el ferrocarril hubiera paso más cerca del pueblo de Vacarisses i la compañía se hubiera ahorrado una de las obras más técnicas y difíciles de este tramo de línea.

De los otros tres túneles que se construyeron en el término municipal de Vacarisses, tenemos el conocido como el túnel de la “Mina dels Morts” (también conocido como del Boixadell por parte de la compañía RENFE) llamado así porque hubo un accidente, en la última fase de su construcción en 1859, donde murieron 5 trabajadores.



Boca de entrada dirección Manresa del túnel de la Mina dels Morts, situado en el punto kilométrico ferroviario 324,4 de la línea Barcelona a Zaragoza. Foto de la primera década del siglo XX cuando todavía era vía única. Foto del archivo particular de Rafel Comes.

Una de las curiosidades durante la construcción en los diferentes tramos, fue la utilización de trabajadores que estaban cumpliendo condena por diversos delitos y que estaban bajo el severo régimen de “Redención de Penas por trabajo”, el gobierno los cedía a la compañía manteniéndolos bajo vigilancia militar. No está claro donde se instalaron, pero seguramente fue en alguna de las masías más próximas a las obras de la línea como la de “Can Torrella” o de la “Orpina”. En el tramo del vecino pueblo de Castellbell i el Vilar sabemos que el grupo de trabajadores presos y el contingente militar  que los vigilaba, estuvieron instalados en el Puig del Vilar.

El 3 de julio de 1859 se inauguraba finalmente, el tramo entre Terrassa y Manresa después de tres intenso años de trabajo. Alrededor de las 8’30 de la mañana, salía de Barcelona el primer tren que llegaría hasta Manresa, y que viajaban miembros de la Junta de la Compañía Barcelona a Zaragoza, así como el director del trazado el ingeniero Pere de Andrés i Puigdollers y otras personalidades.

La compañía decidió no construir ninguna estación que diera servicio a la población de Vacarisses, es por esto que el día de la inauguración una pequeña representación de la gente del pueblo se acercó a la vía, en la zona donde se construyó una casilla de vigilancia situada justo donde empezaba la gran trinchera de entrada al túnel de “Torrella”. Allí el tren aminoró su marcha para saludar a los asistentes que, a partir de aquel momento para poder utilizar el tren, tendrían que desplazarse hasta la estación de Olesa.


En aquella época si se construyeron algunas casillas a lado de la vía distribuidas a lo largo del trazado. Dos de ellas, conocidas por el nombre de la Orpina i Cal Trampa, han llegado hasta nuestro diez, simbolizando así el patrimonio ferroviario más antiguo dentro del patrimonio industrial ferroviario junto con los puentes.



Casilla de Torreblanca o también conocida como de Torrella en 1985. Construida al principio de la inauguración de la línea entre Terrassa y Manresa en 1859. Después de unos años abandonada, la compañia RENFE la derribo en la década de los 90. Foto del archivo personal de Josep Maria Farrés i Trias.



Historia de la estación de ferrocarril de Vacarisses y su inauguración.

A partir de 1859 el ferrocarril empezó a pasar por las tierras del término municipal de Vacarisses. Era una época en que habían pocas carreteras i caminos, y el único medio de transporte para desplazarse eran la diligencia i los carros tirados por animales. Es por esto que, des del primer momento la población de Vacarisses i sus autoridades no pararon de pedir a la compañía que explotaba la línea, la construcción de un apeadero para que diera servicio al pueblo.

La estación de Olesa, estaba situada al lado del viaducto del Boixadell, y se convirtió en la estación más utilizada por las gentes de Vacarisses. Uno de los problemas que se encontraban para su utilización, a parte de la distancia, era que no existía ningún camino digno que llegara a la estación des del núcleo urbano de Vacarisses.


A lo largo de los 30 años que pasaron entre la inauguración de la línea del ferrocarril entre Terrassa y Manresa y la inauguración de la estación, el ayuntamiento de Vacarisses reclamo insistentemente dos demandas: la construcción de una estación y la construcción de una carretera que conectara Vacarisses con la estación de Olesa.



Después de diferentes negativas a las demandas por poder conseguir la estación dentro del término municipal de Vacarisses, en 1897 el cacique de Terrassa Alfons Sala, en aquel momento diputado en las Cortes Españolas, hizo de intermediario entre el ayuntamiento de Vacarisses y la compañía ferroviaria. En julio de ese mismo año recibieron la comunicación del director general de la compañía Caminos de Hierro del Norte de España notificando que tirarían adelante la construcción de la nueva estación si se cumplían las tres condiciones siguientes:

Primera: Cesión gratuita a la compañía del ferrocarril, por parte del ayuntamiento, del terreno necesario para la construcción de la estación.

Segundo: Pagar todos los gastos de la obras de la construcción de la estación que se haría con los planos realizados por la compañía y bajo la dirección técnica del personal cualificado de la empresa ferroviaria.

Tercera: hacerse cargo de todos los gastos del personal de la estación si estos fueran superiores a los ingresos obtenidos. A más, si la estación de Vacarisses produjera una bajada de ingresos a las estaciones colaterales de Olesa i Monistrol Norte, también se tendrían que hacer cargo el ayuntamiento.

Fueron tantos años reclamando la estación, que incluso con unas condiciones tan duras, fueron aprobadas por todos los asistentes de aquella reunión en el ayuntamiento de Vacarisses. Y durante todo un año y medio trabajaron para poder financiar la obra de la nueva estación. El 1 de noviembre de 1898 la compañía ferroviaria del Norte abría al público la nueva estación de Vacarisses haciendo parar los primeros trenes.


Edificio de la estación de Vacarisses en los años 50 del siglo XX. Fotografia del archivo del Museu del Ferrocarril de Catalunya a Vilanova.


El 5 de noviembre de 1898 se celebró la inauguración oficial con una gran fiesta organizada en casa del Sr. Domenech. A la fiesta asistieron personalidades de la época como el gobernador civil de Barcelona Ramón Larroca, el diputado a las Cortes Españolas Alfons Sala, el diputado provincial Juan Barata y otras autoridades de los pueblos de alrededor, juntamente con los concejales de Vacarisses con su alcalde José Gibert Vives, entre otros invitados.


La fiesta de inauguración fue por todo lo alto, con mucha comida con productos tan selectos como calamares, langostas, langostinos o mejillones y sobretodo bebida como vino y “champagne”, que hizo que los ilustres invitados, en sus brindis, a parte de los agradecimientos protocolarios, no pararan de repartirse nombres de calles y plazas e incluso uno llego a prometer un nuevo edificio para las escuelas del pueblo.

Como es la estación de Vacarisses?

El edificio de la estación de Vacarisses lo situaron en l punto kilométrico ferroviario 319’55 de la línea Barcelona a Zaragoza, a unos dos kilómetros a pie del núcleo urbano del pueblo.


Cartel cerámico de la estación de Vacarisses. En ese momento estaban restaurando las fachadas de la estación. 28 de febrero del 2016. Foto del autor.

La construcción está formada por dos cuerpos con planta en forma de “T”, con una planta baja dedicada a los servicios ferroviarios, como el despacho de billetes, sala de espera y despacho del jefe de estación. Y un piso dedicado a la vivienda del jefe de estación y su familia. Las fachadas siguen un modelo uniforme con oberturas distribuidas regularmente en las dos plantas, enmarcadas con molduras y baldosas. En la fachada lado vías hay instalada una estructura metálica para la marquesina, que sirve de refugio de los viajeros. El edificio está hecho con los materiales de construcción de tradición artesanal: piedra, tierra de argila, arena y cal.

El primer año entero de funcionamiento de la estación. 1899, vendió 2.692 billetes. Línea que mantuvo hasta 1912 con 4.014, llegando a los 6.000 billetes en 1918.




Billetes Edmonson de tercera clase de los años 50. Colección del autor.

Otros datos de interés es el precio de los billetes en 1925,  del trajecto de Barcelona a Vacarisses de 41 km, era de 5’15 pesetas si se viajaba en primera clase, 3’85 en segunda y 2’85 pesetas en tercera, que era una de las clases que más se utilizaba.



 Horarios de julio de 1925. Archivo particular del autor.

Hoy en dia la estación de Vacarisses forma parte la red de Rodalies de Catalunya, ubicada dentro de la línea R4 entre Sant Vicenç de Calders y Manresa.

Texto: Eduard Martínez
Fotos: Eduard Martínez  (salvo mención)
Bibliografia consultada:  Vacarisses, un poble amb dues estacions de ferrocarril.

Teniendo en cuenta este aniversario, hace dos años le propuse a la regidoría de cultura del ajuntament de Vacarisses de poder editar un libro con la historia del ferrocarril a su paso por Vacarisses y la historia de sus dos estaciones. Y este es el resultado final.


El pasado 10 de noviembre fue presentado en el pueblo de Vacarisses. Si alguien está interesado está a la venta en el ayuntamiento de Vacarisses por 5’5euros. Y también podéis escribirme al correo electrónico: estacionsdevacarisses@gmail.com


El autor Eduard Martínez y su compañera Àngels Font el dia de la presentación del llibro. Fotografia de Ildefons Argemí